El Consejo de Ministros ha aprobado la hoja de ruta para establecer un nuevo modelo de cuidados, más personalizados, con un presupuesto inicial de 1.300 millones de euros hasta 2027
El Consejo de Ministros ha aprobado el martes 11 de Junio de 2024 la Estrategia estatal para un nuevo de modelo de cuidados en la comunidad, la hoja de ruta que marca hacia dónde deben evolucionar las políticas públicas entre 2024 y 2030 para hacer el cambio desde una cultura “asistencialista” hasta un tipo de apoyos más personalizado, que se adapte a las preferencias y necesidades de cada persona y que les permita continuar en su entorno.
Es el primer documento de estas características en España y ha sido elaborado por el Ministerio de Derechos Sociales, Consumo y Agenda 2030. Propone mejorar la cartera de servicios, como por ejemplo aumentando las horas de ayuda a domicilio o desarrollando viviendas con apoyos para personas en situación de dependencia como alternativa a las residencias. También plantea la mejora de las condiciones laborales en el sector, con mayoría de personal femenino, y la necesidad de mejorar el sistema de control e inspección y establecer sistemas de alerta rápida ante posibles casos de malas praxis.
La mayoría de estos servicios, son competencia de las comunidades autónomas. Según Derechos Sociales, estas han participado en la elaboración de la estrategia, para la que se ha consultado a más de 12.000 personas. El documento marca cinco grandes ejes de trabajo, divididos a su vez en objetivos y líneas de actuación, que proponen distintas iniciativas. Será en los planes operativos, que se aprobarán cada dos años, donde se detallen qué acciones concretas desarrollará cada ministerio (por que se trata de un plan en el que intervienen además el Ministerio de Vivienda o el de Juventud e Infancia) o comunidad en ese periodo y qué presupuesto conlleva, ya sea aportado por el Ejecutivo o por las autonomías o entidades locales. El primero, de 2024 y 2025, está ya avanzado y se prevé que pueda estar listo a lo largo del verano.
OBJETIVO: COMO EN CASA
“El futuro no pasa por construir más macrorresidencias, sino por poner los recursos necesarios para que la gente pueda vivir en su casa”, ha dicho el ministro, Pablo Bustinduy.
La estrategia aspira a virar el rumbo. Pretende recoger todas las actuaciones relacionadas con el cambio de modelo y orientar las políticas públicas orientadas a los cuatro grupos de población afectados por esta estrategia de cambio de modelo, que son: mayores, personas con discapacidad, menores tutelados y personas sin hogar. Aunque también puede afectar a otros colectivos, como quienes tienen problemas de salud mental o las mujeres víctimas de violencia de género. El documento también se dirige a las familias, y en especial a las mujeres que cuidan, y también a las cuidadoras profesionales.
El espíritu de toda la estrategia es que las personas que requieran apoyos puedan permanecer en sus casas todo el tiempo que sea posible, y que si son atendidas en una institución, como por ejemplo una residencia o un centro de menores, esta funcione de manera parecida a un hogar. Vivir en casa o como en casa.
Para ello hay que abandonar una cultura asistencialista, que consiste en un trato uniforme y rigidez en la rutina, acceso genérico y no individualizado a los servicios, segregación y aislamiento social, ausencia de elección y control, falta de toma de decisiones sobre la propia vida.
El documento se articula en torno a cinco ejes estratégicos, que van desde la prevención hasta cambios normativos —algunos están ya en marcha, como el de la ley de dependencia que se prevé que vea la luz este verano y que mejore la cartera de servicios—, pasando por la participación de las personas. Y centrándose, fundamentalmente, en la transformación de los modelos actuales de cuidado y el desarrollo de servicios de apoyo a la comunidad.
Entre otras medidas, se contemplan:
-La personalización y transformación de los entornos donde viven las personas.
– La mejora de las condiciones laborales de los profesionales del sector de los cuidados.
– Potenciar nuevos roles profesionales y abordar la necesidad de personal.
– Estudiar las posibilidades de mejorar la ratio de atención para adecuar los cuidados.
– Garantizar la calidad en los servicios a través de mecanismos de evaluación, inspección y rendición de cuentas, y generar un marco común de estándares de calidad.
– Impulsar y reforzar los servicios y apoyos comunitarios.
LOS DATOS DE LA DEPENDENCIA EN ESPAÑA
En España se estima que hay entre 4,4 y 6,6 millones de personas que requieren de cuidados y apoyos, esto es, el 10% de la población. Y las familias “siguen siendo la columna vertebral de los cuidados de larga duración ”, dado que casi el 70% de las personas en situación de dependencia son atendidas únicamente por algún integrante de la familia. Principalmente mujeres. El 82% de las trabajadoras afiliadas a la Seguridad Social en servicios sociales también son mujeres.
Actualmente, la lista de espera desde que se presenta una solicitud de dependencia hasta que se recibe la prestación o se aprueba el recurso solicitado, es de una media de 329 días.
La media de horas de ayuda a domicilio que recibe una persona con el mayor grado de dependencia es de 60,6 al mes (unas tres horas de lunes a viernes).
En 2022 había 17.000 menores tutelados por la Administración viviendo en centros residenciales.
El 20% de la población tiene 65 o más años. Serán el 25% en 2035, y el 30% en 2047, según las proyecciones de población del INE. Ya hay dificultades para encontrar personal y en el futuro hará falta más. Además, las familias son cada vez más pequeñas.
El cambio de modelo no será a corto plazo. Llevará probablemente décadas.